1. Informe siempre a su médico si no entiende lo que dice o lo que debe hacer. La información médica es difícil de entender para todos.
2. Nunca tenga miedo o vergüenza de hacer preguntas o hablar sobre sus preocupaciones. Haga cualquier pregunta que tenga. Dígale a su médico si no sabe o no entiende cómo hacer algo correctamente, incluso si no es su primer hijo. Su médico o proveedor de atención médica no pensará que ninguna pregunta o inquietud es tonta, y probablemente se la hayan preguntado y explicado muchas veces antes.
3. Anímese a pedir ayuda. Su médico puede ayudarle a encontrar recursos si se siente abrumado o tiene dificultades con algo. La oficina de su médico también puede ayudarle a encontrar recursos comunitarios si no tiene las cosas que necesita para cuidar a su hijo, suficiente comida, un lugar seguro para vivir o seguro médico. Su médico o proveedor de atención médica no le juzgará ni pensará mal de usted. Ser padre es difícil. Quieren ayudarle a ser el mejor padre que pueda ser.
4. Llame al médico de su hijo de inmediato si está preocupado por algo; no espere hasta el próximo chequeo.
5. Anote cualquier pregunta que tenga o cosas de las que quiera hablar con el médico, para que no se le olviden. Pida una copia en papel o por correo electrónico de cualquier información que necesite.

Las vacunas están disponibles en los consultorios de los proveedores de atención médica, farmacias, departamentos de salud locales y centros de salud comunitarios. También hay clínicas comunitarias de vacunación en lugares de trabajo, escuelas, clínicas de salud y otros lugares. Es posible que no todos los lugares dispongan de cada tipo de vacuna recomendada para usted o sus hijos. También puede buscar vacunas contra el COVID-19 cerca de usted en vaccines.gov.

Llame antes de ir para consultar si hay vacunas disponibles y hable con su seguro médico o con el proveedor de la vacuna sobre los costos antes de vacunarse.

Las vacunas pueden prevenir enfermedades comunes que solían dañar gravemente o incluso matar a bebés, niños y adultos. Sin vacunas, su hijo corre el riesgo de enfermarse gravemente o incluso morir de enfermedades infantiles como el sarampión y la tos ferina.

Siempre es mejor prevenir una enfermedad que tratarla después de que se manifieste.

• La vacunación es una forma segura, muy eficaz y fácil de ayudar a mantener sana a su familia.
• El calendario de vacunación recomendado tiene en cuenta cuándo es probable que un niño esté expuesto a una enfermedad y cuándo será más eficaz la vacuna.
• Las vacunas se analizan para garantizar que puedan administrarse de forma segura y eficaz a las edades recomendadas.

Las distintas vacunas actúan de forma diferente, pero todas ayudan al sistema inmunológico del organismo a aprender a luchar contra los gérmenes. La protección tarda unas semanas en desarrollarse tras la vacunación, pero esa protección puede durar toda la vida. Unas pocas vacunas, como las del tétanos, la gripe estacional y la COVID-19, requieren dosis de refuerzo ocasionales para ayudar a mantener nuestro sistema inmunológico preparado para luchar contra las enfermedades.

Antes de administrar una nueva vacuna a las personas, se realizan exhaustivas pruebas de laboratorio. Una vez que comienzan las pruebas en personas, aún pueden pasar años antes de que se completen los estudios clínicos y se autorice la vacuna. Una vez autorizada una vacuna, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), los CDC, los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) y otras agencias federales continúan el seguimiento rutinario e investigan cualquier posible problema de seguridad. Aunque las vacunas contra el COVID-19 se desarrollaron mucho más rápido que otras vacunas, no se omitió ningún paso de seguridad y seguimos supervisando la seguridad y la eficacia de las vacunas contra el COVID-19.